En una sociedad donde el fútbol a menudo se considera una actividad reservada para hombres, las jóvenes palestinas que desean practicar este deporte enfrentan numerosos obstáculos, desde normas sociales arraigadas hasta la falta de apoyo institucional. En lo que respecta a las mujeres, los deportes, y en particular el fútbol, siguen estando subfinanciados y descuidados en favor de los equipos masculinos.
Pero en el campo de refugiados de Aida, al norte de Belén, ha echado raíces una revolución, pequeña pero decidida. En 2021, el Centro de la Juventud de Aida - un antiguo centro deportivo, cultural y social afiliado a la UNRWA, ahora gestionado por jóvenes locales tras los recortes presupuestarios de la ONU - tomó la audaz decisión de formar un equipo de fútbol femenino. Desde entonces, ha evolucionado para convertirse en uno de los más destacados en los campos de refugiados de Cisjordania, con varias jugadoras que ahora forman parte del equipo nacional femenino palestino.
Luchar contra las tradiciones y las ideas preconcebidas
“No fue una decisión fácil,” explica Munther Amira, responsable del Centro de la Juventud de Aida y destacado activista de los derechos humanos. “Enfrentamos enormes desafíos, principalmente tradiciones sociales que rechazan la idea de que las niñas jueguen al fútbol. Pero creíamos en el derecho de las mujeres a participar plenamente en la vida y el equipo nació de esa convicción.”
Para desarrollar el proyecto, el centro llevó a cabo reuniones con organizaciones femeninas e instituciones sociales. Las discusiones revelaron un fuerte deseo de jugar al fútbol entre muchas chicas del campo. Era, según Amira, el momento de claridad: el centro debía actuar.
El camino a seguir no estuvo exento de obstáculos financieros. Porque incluso el equipo masculino carecía de financiación. Sin embargo, gracias a relaciones de hermanamiento entre el campo de Aida y varias ciudades francesas, el equipo femenino obtuvo los recursos necesarios.
Desde su creación, el equipo, bajo los esfuerzos conjuntos del Club de la Juventud de Aida y la Unión Deportiva Udd, se ha ampliado para incluir a más de 40 jugadoras. Participa en torneos amistosos a través del gobernadorato de Belén, contra equipos como Beit Sahour y Al-Ubeidiya.
Un camino de luchadora
Amira atribuye el éxito a la convicción inquebrantable de que la participación de las mujeres concierne a todos los ámbitos, especialmente en los campos de refugiados que rara vez ofrecen tales oportunidades. “Fue el primer equipo de fútbol femenino en el campo de Aida, y tal vez en todos los campos de refugiados palestinos,” señala.
El equipo, compuesto por chicas de entre 13 y 20 años, entrena regularmente en un pequeño campo cerca del muro de separación israelí. Es un símbolo de los dobles desafíos a los que se enfrentan: ser palestinas bajo ocupación y mujeres en una sociedad conservadora.
El coordinador deportivo Mohannad Abu Srour destaca la notable evolución del equipo. “Después de cuatro años de esfuerzo, tres jugadoras se unieron al equipo nacional y representaron en 2024 a Palestina en el Campeonato de Asia Occidental de fútbol femenino en Arabia Saudita”.
Sin embargo, los comienzos no fueron fáciles. “Muchas familias inicialmente resistieron, debido a los tabúes sociales en torno a las niñas que juegan al fútbol,” lamenta Abu Srour. “Pero un trabajo diario y una comunicación constante con los padres ayudaron a establecer la confianza. Ahora tenemos un equipo comprometido y estable. Y un creciente apoyo comunitario.”
Entre partidos amistosos
Según Roweida Al-Azzeh, una de las primeras jugadoras del equipo que se convirtió en entrenadora, la idea nació del hecho de que muchas jóvenes en el campo deseaban jugar. “Afortunadamente, el Club de Aida y la Unión Udd crearon este espacio. Ahora, vemos a chicas de todas las edades practicando fútbol y participando en torneos locales.”
El equipo ha participado en varios partidos amistosos, así como en un programa de intercambio cultural en Francia, donde las jugadoras pudieron participar en actividades deportivas. A su regreso, tres jugadoras fueron seleccionadas para unirse al equipo nacional.
Al-Azzeh recuerda que los inicios del equipo fueron todo menos convencionales. “Pero el trabajo duro y el talento rompieron los estereotipos. Hemos demostrado que las mujeres pueden sobresalir en el fútbol tanto como los hombres.” Y termina con un mensaje para todas las chicas del mundo: “Persigan sus sueños. Ni la ocupación ni las presiones sociales pueden detenerlas. La determinación hace que lo imposible sea posible.”
Las jugadoras mismas han expresado su orgullo por la evolución del equipo. Para Nour Abu Ghuneim, una jugadora de la Udd, ahora miembro del equipo nacional, unirse al equipo ha cambiado su vida. “Me encanta el fútbol desde mi infancia, pero como niña, no se me permitía jugar, mientras que mis hermanos lo hacían. Cuando se formó el equipo, parecía un sueño imposible.”
Y objetivos ambiciosos
Nour se unió rápidamente al equipo e impresionó al cuerpo técnico durante las primeras sesiones de entrenamiento. Sus actuaciones en los partidos locales llamaron la atención del entrenador nacional de Palestina, quien la seleccionó para el equipo. “Sin el equipo femenino de la Udd, no estaría donde estoy hoy.”
Ahora, entrena con el equipo nacional en Jericó dos veces por semana, preparándose para torneos internacionales. “Es un sueño hecho realidad, el equipo de la Udd ha roto reglas sociales perjudiciales y me ha dado esta oportunidad.”
En cuanto al futuro, los líderes del Club Udd tienen objetivos ambiciosos. El equipo está forjando asociaciones internacionales, incluyendo con clubes franceses de ciudades hermanas o clubes famosos como el Deportivo Palestino en Chile. El mensaje es claro: ningún obstáculo político o social se interpondrá en el camino de los equipos femeninos - y masculinos - de la Udd.

Foto de portada: El equipo entrena regularmente en un pequeño campo cerca del muro de separación israelí © Monjed Jadou