De puerto en puerto, el velero Bel Espoir teje una fraternidad inesperada entre jóvenes provenientes de las cinco orillas del Mediterráneo. Partió el 1er de marzo de 2025 para ocho meses de navegación y ocho etapas, este "barco por la paz" que acoge a bordo a grupos de 25 jóvenes es mucho más que un símbolo: un laboratorio vivo donde se experimentan el diálogo, la cooperación y la vida en común. Y esto a pesar de los vientos en contra de la historia y de la geopolítica. En septiembre, se dirige a Rávena y Bari, luego será Nápoles antes de finalizar su periplo el 25 de octubre en Marsella.
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El Bel Espoir, un barco por la paz en el Mediterráneo – 22-med el 10 de septiembre de 2025 – Olivier Martocq - #paz #mediterráneo #juventud #fraternidad #dialogointerreligioso #navegación #belEspoir #AGIDE #cardenalAveline #libro blanco #AlexisLeproux
• El velero Bel Espoir navega por el Mediterráneo con jóvenes de todas sus orillas.
• Cada etapa de navegación se convierte en un taller de fraternidad
• La experiencia alimenta un "Libro blanco de la juventud mediterránea"
Por Olivier Martocq - periodista
La idea nació de un sueño, casi irrealizable: hacer navegar un barco entre las cinco orillas del Mediterráneo (África del Norte, Balcanes, Europa Latina, Mar Negro y Medio Oriente) para ofrecer a jóvenes la experiencia concreta de una fraternidad vivida. "Desde 2021, con el cardenal Jean-Marc Aveline, habíamos lanzado un proceso mediterráneo por la paz. Después de los encuentros de Marsella concluidos por el Papa Francisco y el presidente de la República en 2023, era necesario dar a este proceso un rostro concreto, una dinámica encarnada", explica Alexis Leproux, vicario episcopal del diócesis de Marsella para las relaciones mediterráneas. Así nació el proyecto del Bel Espoir. Un velero, a la antigua, capaz de conectar los puertos de la región, y sobre todo de transformar el viaje en una escuela de vida en común.
El Bel Espoir, una historia ya habitada
El barco elegido no es casual. El Bel Espoir ya lleva una memoria: la del padre Jaouen, quien, con su asociación, había hecho de la navegación una herramienta de reinserción para jóvenes en dificultad. "Encontrar este velero fue como una providencia", sonríe el padre Leproux. En lugar de una posible travesía transatlántica, la asociación AJD, que despliega diferentes programas a bordo, es sensible al proyecto de formar a jóvenes por el mar y, al mismo tiempo, iniciarlos en el diálogo y la construcción de la paz.
La vida a bordo: aprendizaje de la fraternidad
No es un crucero. Cada etapa reúne a una treintena de jóvenes de 19 a 35 años, provenientes de una quincena de países diferentes. Cristianos, musulmanes, sin religión, a veces israelíes y palestinos, a veces serbios y kosovares: la selección busca crear un equilibrio frágil pero esencial para enviar una señal fuerte a las poblaciones de este Mediterráneo "continente fracturado". Juntos, aprenden a navegar, comparten las tareas diarias, enfrentan las mismas limitaciones: cocinar, limpiar, manejar el timón, izar las velas. La fraternidad no es un eslogan: se vive en la fatiga, la alegría y la cooperación. Las comidas se convierten en momentos de descubrimiento, las noches se abren al canto y a la danza, las vigilias nocturnas crean una complicidad rara.
Los desafíos y los obstáculos

Encontrar un barco fue la primera dificultad. Reunir los financiamientos, la segunda. Luego vinieron los jóvenes: 450 candidaturas para 150 plazas, signo de una inmensa sed de encuentros. Pero el obstáculo más doloroso sigue siendo el de los visados: una decena de rechazos, a menudo ocurridos la víspera de la salida, han impedido que algunos jóvenes seleccionados se unieran a la tripulación. A pesar de contar con el apoyo del Estado francés, de la Iglesia y de decenas de cónsules, el proyecto se ha encontrado con la complejidad administrativa del espacio Schengen. Estos rechazos dicen mucho sobre la fractura mediterránea.
Y luego están los imprevistos del mar y del mundo: un atraque cancelado en Líbano el día de un intercambio de misiles entre Israel e Irán, incendios costeros en Albania y Turquía, tormentas bruscas que recuerdan que la navegación sigue siendo una escuela de humildad.
Construir la paz en actos
Cada sesión no es solo un viaje: también es un trabajo colectivo. Los jóvenes dedican cada día de una a dos horas a reflexionar juntos sobre una temática: ecología, igualdad de oportunidades, diálogo interreligioso. De sus discusiones nace poco a poco un "Libro blanco de la juventud mediterránea" destinado a ser entregado a las autoridades.
Así, el Bel Espoir se convierte en una agora flotante. El inglés, lengua franca de esta generación, permite superar las barreras lingüísticas. La experiencia compartida funda otra gramática: la del respeto, la escucha y la cooperación.
Historias de fraternidad
“Lo que impresiona es la capacidad de estos jóvenes para crear en dos semanas una comunidad”, explica el padre Leproux. Él observa: “En cada etapa, el grupo se cristaliza en un proyecto: para algunos alrededor de la música, otros por el deporte, otros más por el cuidado de las comidas compartidas. La amistad, la alegría, la creatividad están presentes. Las diferencias no se borran; se convierten en una riqueza. Cada uno regresa transformado, convencido de que otro Mediterráneo es posible”.
Armada por la paz
El 25 de octubre de 2025, el Bel Espoir concluirá su odisea marítima pacífica en Marsella, cumpliendo el sueño esbozado por el Papa Francisco. ¿Estará presente el nuevo papa, León XIV? Una certeza: Marsella Esperanza, la asociación creada en 1990 que reúne a los responsables religiosos de la ciudad – católicos, musulmanes, budistas, judíos, ortodoxos y protestantes – no se perderá este encuentro simbólico. Por su parte, la asociación Svan,
preparará para la ocasión una "Armada por la paz en el Mediterráneo". Ya fue organizadora en 2024 de la acogida del Belem y de la llama olímpica, con una demostración bajo vela de los viejos veleros del polo tradición de la Sociedad Náutica de Marsella.
Veinticinco veleros históricos competirán esta vez en la rada, escoltados por los kites del polo Francia. “Tendremos a bordo a los jóvenes que participaron en la última etapa de la odisea, pero también a marseillenses miembros de nuestro polo de inclusión/inserción. El recorrido de acogida del Bel Espoir ha sido diseñado para que los habitantes puedan venir en gran número a asistir a este desfile antes de su entrada en el Vieux-Port”, explica Guillaume Wattinne, encargado del programa. Al mediodía, todas las campanas de la ciudad sonarán al unísono. Marsella rendirá homenaje a una aventura marítima y humana extraordinaria, concluida con una fiesta popular y ecuménica en la explanada del
museo de las civilizaciones de Europa y del Mediterráneo (MUCEM).
Alexis Leproux, vicario episcopal del diócesis de Marsella para las relaciones mediterráneas. Entró al seminario a los 18 años, continuó estudios bíblicos en Jerusalén y Roma, trabajó como capellán y profesor de Biblia, antes de unirse en 2021 al proceso mediterráneo por la paz iniciado por el cardenal Aveline.

Foto de portada: El Bel Espoir navega por el Mediterráneo con jóvenes de todas sus orillas © DR