En Italia, al menos 6 millones de personas mayores de 16 años (el 12% de la población) viven en condiciones de pobreza alimentaria, según un estudio realizado por ActionAid y titulado " Frammenti da ricomporre". En particular, en la capital donde el 7% de los habitantes están afectados. Un contexto en el cual la asociación Nonna Roma se encarga de distribuir alimentos y productos de primera necesidad a través de tiendas solidarias.
Entre 2019 y 2021, la población en situación de inseguridad alimentaria severa ha aumentado significativamente, debido a factores económicos y sociales agravados por la pandemia de Covid-19. A esto se suma un aumento de la inflación en los productos alimentarios, lo que hace que el acceso a la comida sea cada vez más difícil. Esto es especialmente cierto en las regiones del sur del país, las más afectadas por el aumento de los precios.
En 2021, alrededor de 2,9 millones de personas, es decir, el 5,04% de la población, tuvieron que recurrir a ayuda alimentaria, en un contexto marcado por un fuerte aumento de la demanda (después de años de descenso constante hasta 2019). El aumento de beneficiarios afectó principalmente a los desempleados, pero también, y no menos importante, al 23,1% de los extranjeros residentes en Italia.
Víctima de esta crisis, Giancarlo (nombre modificado), de 50 años, originario de Nápoles, quien reside en Roma desde hace muchos años con su esposa y sus dos hijas. Giancarlo trabaja en la limpieza de estatuas y monumentos. Como complemento a su salario, anteriormente recibía la asignación llamada "reddito di cittadinanza" que permitía a las personas con ingresos inferiores a 6000 euros al año recibir un apoyo financiero del Estado. La eliminación de esta asignación a principios de 2024 ha obligado a muchas personas como él a buscar ayuda en organizaciones como Nonna Roma. "Desde que eliminaron el reddito di cittadinanza," explica Giancarlo, "la situación se ha vuelto insostenible. Antes, ya era difícil llegar a fin de mes, pero sin este apoyo financiero, mi familia y yo hemos enfrentado dificultades que nunca habíamos conocido antes".
Algunas soluciones del sector asociativo
Sin embargo, hay redes de apoyo dentro del sector asociativo que se encargan de satisfacer las necesidades alimentarias de las poblaciones afectadas. Entre ellas, Nonna Roma ayuda a aproximadamente 2,700 familias al año (es decir, 12,000 personas) en la región romana, a través de puntos de distribución de alimentos y tiendas solidarias.
"La asociación es un banco de solidaridad mutua, nos gusta llamarlo así. Es una organización de voluntarios creada en 2017 con el objetivo de luchar contra las diferentes formas de pobreza, comenzando por la alimentaria. Para trabajar a 360 grados en las diferentes vulnerabilidades que pueden afectar a una persona y a las familias", explica Alberto Campailla, presidente de la organización Nonna Roma.

“Por lo tanto, a partir de un paquete de alimentos”, continúa Alberto Campailla, "la asociación construye alrededor del individuo que solicita apoyo una serie de servicios y respuestas concretas. Garantizar el derecho a vivir en una casa para aquellos que no pueden pagar el alquiler a través de puntos de atención contra el desalojo (punto de escucha para ayudar a las personas que corren el riesgo de perder su vivienda), o un servicio de consulta psicológica son parte de las ayudas que se ofrecen a cada beneficiario. Finalmente, el proyecto "la matita sospesa" de ayuda con las tareas escolares para los niños nos permite proporcionar no solo bienes de primera necesidad, sino también libros de texto, cuadernos y agendas para el regreso a la escuela".
Tiendas solidarias
La principal herramienta con la que Nonna Roma apoya a las familias son los supermercados solidarios. En toda Italia, estos negocios se posicionan como un modelo innovador de ayuda social para combatir la pobreza alimentaria. "Los beneficiarios pueden hacer sus compras de forma gratuita utilizando la tarjeta de membresía de la asociación. Las familias ya no reciben pasivamente una caja de alimentos preempacada, sino que tienen la posibilidad de elegir lo que desean según sus preferencias alimenticias", explica Alberto Campailla. Acceden al servicio a través de una especie de tarjeta de puntos, asignados cada mes según el nivel de necesidades de la familia.
Independientemente de la asociación, también existe un sistema de compra suspendida: la "spesa sospesa". Esta iniciativa consiste en que los clientes compran alimentos en tiendas o supermercados y los dejan de forma anónima para los más necesitados que pueden recogerlos.
Recupera la convivialidad de hacer las compras
Hay varias formas de contactar a Nonna Roma: a través de los trabajadores sociales que hablan de ello, o por el boca a boca. La idea detrás de estas tiendas de comestibles es también crear un ambiente acogedor, casi una pequeña comunidad. "Este enfoque representa un paso adelante hacia la autodeterminación de las personas," continúa el presidente de Nonna Roma, "porque les permite convertirse en actores activos de su propia historia".
Cuatro tiendas solidarias donde es posible hacer compras de forma gratuita, están dispersas en el territorio de la Capital: el Social Market Ferraioli, ubicado en via degli Equi y el Social Market Jerry Masslo, ubicado en via Carlo Cattaneo, en el barrio de Esquilino. El Emporio Togliatti en viale Palmiro Togliatti en Roma, está en el barrio de Quarticciolo, y finalmente, el último, en Primavalle, al oeste de Roma, en Largo Flanagan Edoardo Giuseppe.
La organización también cuenta con sitios donde es posible solicitar ayuda: se encuentran tanto en áreas centrales como San Lorenzo, y en áreas periféricas como Tor Bella Monaca y el Tufello. Para su suministro de frutas y verduras frescas de las tiendas de comestibles, Nonna Roma colabora con el Banco Alimentare Nazionale. Y con la asociación Casa Famiglia Lodovico Pavoni.
Entre las personas que frecuentan los supermercados, hay quienes se encuentran y se reconocen cada semana, se cuentan historias, hablan de sus experiencias, dan y reciben consejos, convirtiendo así el lugar en un espacio de convivencia. Giancarlo ha mejorado su vida diaria gracias a los trabajadores sociales y a la ayuda de Nonna Roma: "Las dificultades no han desaparecido," cuenta. "Pero hoy en día, puedo poner un plato caliente en la mesa para mi familia. Ya no me siento solo, he encontrado una red de apoyo. He aprendido a ser agradecido por lo que tengo," concluye, con una bolsa de compras en la mano.
