Egipto

En Egipto, las ONGs al lado de los refugiados.

La región sufre conflictos armados y guerras a veces fratricidas, cuyas principales víctimas son los civiles que a menudo se ven obligados a refugiarse en países vecinos. La mayoría de las veces, acompañados de niños, deben enfrentar muchos desafíos, desde la barrera lingüística y cultural, hasta el temor a ser expulsados debido a la falta de documentos de identidad. A esto se suma la carencia de servicios médicos y la dificultad para escolarizar a los niños. Para ayudarles, la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha creado un nuevo enlace para facilitar los procedimientos de registro de nuevos refugiados. Y algunas ONGs egipcias se han asociado con empresarios del sector privado para ayudarlos a integrarse.

Egipto acoge a más de 756,000 refugiados y solicitantes de asilo de 62 nacionalidades diferentes, una cifra que ha aumentado un 24% en los últimos siete años. El pasado mes de abril, el Primer Ministro egipcio Mostafa Madbouli estimó el coste directo de acoger a más de 9 millones de personas, entre refugiados y residentes actualmente en el territorio, en más de 10 mil millones de dólares al año. A pesar de que el gobierno egipcio ha endurecido las reglas de acogida y regularización, la cooperación continúa entre el gobierno egipcio, ACNUR y las ONGs para garantizar una mejor vida a los refugiados y migrantes que actualmente residen en Egipto. Por su parte, las ONGs despliegan el máximo esfuerzo para proporcionar servicios básicos, ofrecer oportunidades de empleo a los refugiados y ayudarles a integrarse.

Durante los últimos meses, la mayoría de los solicitantes de asilo provienen de Sudán, Siria y, en menor medida, Sudán del Sur, Eritrea, Etiopía, Yemen, Somalia e Irak. Sin embargo, el endurecimiento de las normas y el fin del período de gracia para obtener la exención (equivalente a la tarjeta de residencia), el próximo 30 de septiembre, por parte de la Administración General de Pasaportes e Inmigración, hacen temer oleadas importantes de expulsiones. Los sudaneses, especialmente afectados, se enfrentan a nuevos desafíos.

Sufrimiento y obstáculos

Las condiciones económicas y de seguridad someten a los refugiados a una presión enorme. El alto coste de vida y las escasas oportunidades laborales también aumentan su estrés y sufrimiento.

Safaa Ali (su nombre ha sido cambiado para preservar su anonimato), una palestina desplazada, también teme ser expulsada de Egipto debido a su violación de los "controles de residencia". "Tengo miedo por el futuro de mis hijos, ¿dónde iré después?": con estas breves palabras, Safaa revela los detalles de su sufrimiento actual, destacando que se vio obligada a abandonar su ciudad en el barrio de Tal al-Hawa en Gaza, ya que la guerra destruyó su casa y su esposo perdió su trabajo. Ella menciona que ingresó a Egipto a través del cruce de Rafah hace aproximadamente tres meses con sus tres hijos, el menor de los cuales tiene un año.

Safaa continúa: “Llegué a Egipto sin pasaporte ni documentos de identidad, solo tenía 500 dólares en mi posesión. Al llegar, obtuve el documento de entrada oficial mientras esperaba mi nuevo pasaporte de la embajada palestina en El Cairo. Luego fui al Departamento de Pasaportes e Inmigración para transferir los sellos al nuevo pasaporte, pero me sorprendió tener que realizar un pago obligatorio de 7,900 libras egipcias (147.74 euros) para completar los trámites tanto para mí como para mis hijos”.

En cuanto a Osman Nabil, un sudanés que huyó de la guerra en Jartum, llegó a Egipto con varios de sus familiares. Obtener la residencia legal y los documentos de identidad que le otorgan el título de refugiado fue complicado y estresante. "ACNUR está haciendo todo lo posible para facilitar los procedimientos. Pero debido al gran número de refugiados, estos llevan mucho tiempo. Fui a la oficina de ACNUR en Egipto para legalizar mi estatus. Un proceso que duró más de un año, para recibir una ayuda financiera de 500 libras egipcias (9,30 euros) al mes. Por lo tanto, tengo dos trabajos debido al aumento del coste de vida," añade.

ACNUR comenzó su misión en Egipto en 1954. Para hacer frente al aumento de nuevos refugiados que ha experimentado Egipto desde 2023, esta agencia ha adaptado sus herramientas y creado un nuevo enlace en internet para facilitar los procedimientos de registro de nuevos solicitantes de asilo, especialmente los sudaneses que llegan por primera vez.

El Centro de Educación de Ard El Lewaa ofrece la oportunidad a los niños refugiados de asistir a la escuela @Mennallah Mohamed Mennallah

Derecho a la Educación

Por su parte, las ONG egipcias ayudan a los refugiados a integrarse. Este es el caso del Centro de Educación de Ard El Lewaa, fundado en 2010 en Imbaba. Ofrece la posibilidad a los niños refugiados de asistir a la escuela mientras imparte clases de idioma árabe para los no árabes. Mennallah Mohamed Mennallah, su director, señala: "Tenemos niños de siete nacionalidades - de Sudán, Eritrea, Etiopía, Chad, Somalia, Yemen y Somalia. Nuestro objetivo es siempre garantizar la igualdad de acceso a una educación de calidad para todos los niños y jóvenes refugiados, sin distinción de estatus legal, género o discapacidad".

La misión del Centro de Educación de Ard El Lewaane va más allá, con apoyo psicológico para los estudiantes que sufren debido a su exilio. También se aceptan niños sin documentos de identidad para que puedan continuar su educación sin esperar los procedimientos de ACNUR que duran más de un año. El número de estudiantes en nuestro centro supera las 400 personas y recibimos una pequeña suma simbólica de los refugiados para pagar el alquiler y los salarios de los maestros", subraya Mennallah Mohamed Mennallah.

El sector privado no se queda atrás

Algunos empresarios también han lanzado iniciativas, en particular para permitir la contratación y formación de refugiados para que puedan integrarse Se ha establecido un acuerdo entre la asociación "Initiatives pour les Réfugiés venus en Égypte" y el Complejo de la Mano de Obra Egipcia (una especie de sindicato de trabajadores). Como parte de esta iniciativa, el gran Complejo ha brindado oportunidades a refugiados sudaneses interesados en invertir y participar, especialmente en áreas como la agricultura, el servicio doméstico, pequeños negocios callejeros y la enseñanza.

Mennallah Mohamed Mennallah rodeado de jóvenes refugiadas @Mennallah Mohamed Mennallah

Foto de portada: @Mennallah Mohamed Mennallah