En Argelia, las personas con discapacidad se enfrentan diariamente a problemas de accesibilidad en el espacio público. Desde hace unas dos décadas, el país ha adoptado una serie de normas estrictas en cuanto a adaptaciones. Frente al retraso en la aplicación de estas normas, la asociación El Amel aboga activamente por hacer de la accesibilidad un "elemento de dignidad".
Es en una pequeña casita ubicada en una plaza, frente al Mediterráneo, que la asociación El Amel (esperanza en árabe) de Bab el Oued estableció su sede en noviembre de 1989. Forma parte de las primeras asociaciones creadas después del fin de la era del partido único. "Somos el tercer equipo al mando de la organización", dice con orgullo la presidenta, Hazia Rezig. Junto con Abdelghani Kayouche, el vicepresidente, forman la fuerza de la asociación. Luchan juntos para apoyar a mil miembros que viven con discapacidades sensoriales, motoras, mentales, psíquicas o cognitivas. El alcance de El Amel es muy amplio y no se limita a Argel. Sin embargo, en los últimos años, la asociación se ha centrado en la problemática de la accesibilidad en los espacios públicos de la capital.
« Provocar el cambio »

Hazia y Abdelghani reconocen que existen textos sobre adaptaciones específicas. Se trata de la ley de 2002 relativa a la "Protección y promoción de las personas con discapacidad" y un decreto que fija las modalidades de "Accesibilidad de las personas con discapacidad al entorno físico, social, económico y cultural". "Estos textos son muy correctos, pero no se aplican realmente. Sin embargo, el gobierno insiste regularmente en la obligación de cumplir con las normas de accesibilidad. La última declaración sobre el tema se remonta al año pasado cuando el ministro del Interior dio instrucciones a toda la administración para aplicar esta ley", destaca Hazia Rezig. Según ella, la responsabilidad de la administración y de los empresarios está plenamente comprometida, pero esto no debe bloquear el movimiento asociativo. "Como asociación, también hemos asumido nuestras responsabilidades. Es imperativo comprometerse más activamente para generar conciencia. Es necesario comprender que la accesibilidad refuerza la dignidad de las personas con discapacidad. Esto es lo que hace que estos individuos sean ciudadanos de pleno derecho", explica la presidenta de El Amel.
La determinación acabó dando resultados ya que se llevó a cabo un programa de instalación de paneles y rampas en las aceras en las principales arterias de Bab el Oued. Este proyecto aún está en curso. La ventaja es que este programa podría extenderse a todas las municipalidades de la capital. "Gracias al anterior wali delegado (subprefecto) logramos este proyecto. Luego fue nombrado en la wilaya de Tissemsilt (220 km al sureste de Argel), donde inició, desde que asumió el cargo, un amplio programa de accesibilidad urbana. Debemos reconocer que estamos viendo una toma de conciencia en otras regiones del país, como en Laghouat y Médéa", destaca Abdelghani Kayouche.
Carrera de obstáculos
Para las personas con discapacidad, especialmente aquellas en silla de ruedas, moverse por Argel es como hacer un curso de comando. Cuando no son lo suficientemente anchas, las aceras suelen estar obstruidas por la mercancía de los comerciantes o bloqueadas por coches. La única solución para desplazarse es rodar sobre el asfalto, lo cual es particularmente peligroso.
Para que las personas puedan tomar conciencia de estas dificultades, la asociación organiza regularmente un "momento de discapacidad en silla de ruedas" en colaboración con los servicios de la policía de Argel. "Es una actividad destinada a personas válidas para que comprendan lo que los discapacitados soportan a diario. Aquellas que aceptan el desafío deben desplazarse una distancia de 500 metros en pleno centro de la ciudad. Las pocas personas que completan el recorrido terminan lastimándose las manos. Pero debo decir que esta actividad genera un verdadero clic para algunos", agrega Abdelghani.

Derecho a la educación y a la dignidad
En este inicio del año escolar, la asociación El Amel ha lanzado un proyecto muy especial de renovación en tres instituciones de Bab el Oued, una escuela primaria, un colegio y un instituto. Financiada por un empresario - que prefirió mantenerse en el anonimato - esta acción fue iniciada por la asociación Dzayer Bénévole. "El objetivo es crear baños adaptados para los estudiantes con discapacidad. Estos baños estarán equipados con puertas amplias para permitir el acceso con silla de ruedas y todas las comodidades. Puede parecer un aspecto trivial, pero para un estudiante con discapacidad ir al baño es a menudo un acto complicado. Si bien hay asistentes en las escuelas, se ocupan del aspecto educativo ayudando a los estudiantes en sus estudios. Por lo general, uno de los padres está presente en la institución cuando se trata de llevar al niño al baño. Aquí hay otro ejemplo perfecto que confirma que la accesibilidad garantiza la dignidad", explica la presidenta de El Amel.
Para Hazia Rezig y Abdelghani Kayouche, las personas con discapacidad son capaces de superar muchos desafíos siempre y cuando se limiten las desigualdades que enfrentan. Como prueba, mencionan los resultados obtenidos por los atletas argelinos en los Juegos Paralímpicos de París. Los 24 deportistas lograron seis medallas de oro y cinco de bronce, colocándolos en la cima de los equipos del continente africano y en el puesto 25 a nivel mundial de entre 186 países en la tabla final de medallas. "Demostramos a diario que podemos lograr mucho. Es cierto que el entorno a menudo no es propicio, pero no debemos actuar como víctimas resignadas", insiste Hazia.
