Francia

Desalinizar el mar para abordar la escasez de agua

La empresa marsellesa Seawards quiere democratizar la desalinización del agua de mar y hacerla accesible para el mayor número de personas. Ha desarrollado una nueva técnica de bajo consumo energético y respetuosa con el medio ambiente: la crioseparación.

La sequía particularmente intensa de los últimos años plantea el tema del inevitable agotamiento futuro de los recursos hídricos. Sin embargo, esta es una realidad que ya afecta a casi una cuarta parte de la población mundial: dos mil millones de personas actualmente no tienen acceso al agua potable, como suele recordar la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Y 25 países están expuestos a un estrés hídrico extremadamente alto cada año, según el Instituto de Recursos Mundiales, una ONG ambiental. Es decir, consumen en un año más del 80% de sus recursos hídricos renovables.

Las soluciones consideradas se resumen en tres verbos: ahorrar, reutilizar, pero también desalar. Esta última vía interesa a la empresa marsellesa Seawards: "Nuestra razón de ser es democratizar el proceso de desalinización para ofrecer una solución al problema del agua en el mundo," expone Hervé de Lanversin, cofundador de esta startup con Hubert Montcoudiol. A esto añaden dos promesas: no alterar el medio ambiente y reducir al máximo los costes de producción.

Los beneficios de la crioseparación

Desalinizar agua de mar no es una innovación, existe desde la década de 1960. Según las cifras de 2022 de la Asociación Internacional de Desalación, hay 22,800 plantas de desalinización que proporcionan 110 millones de metros cúbicos de agua dulce al día. La mayoría utiliza el proceso de ósmosis inversa que implica filtrar agua de mar a través de membranas semipermeables. El resultado es una especie de lodo muy concentrado en sal, minerales y productos químicos, de difícil recuperación Este proceso además es energéticamente costoso e impactante para el planeta.

Los inconvenientes que el equipo de Seawards se asegura de evitar. "Obtenemos la misma eficiencia en términos de calidad de agua, pero consumiendo menos energía y sin emitir contaminantes", indica Hervé de Lanversin. Su técnica, llamada criosparación, requiere enfriar el agua de mar y conservar solo los cristales de agua pura. Conviene recordar brevemente las lecciones de física: "Las moléculas de agua pura cristalizan a partir de 0°C mientras que el agua salada se congela a una temperatura de -2°C. Esta característica permite extraer los cristales de agua pura en forma sólida mientras que el agua salada sigue siendo líquida", explica el empresario. Solo queda calentarlos para obtener agua dulce.

El respeto por el planeta

La técnica de Seawards consume obviamente energía. Pero menos de lo que afirma su competidora, dice Hervé de Lanversin. "Lo que más consume es el lanzamiento de la máquina y el primer ciclo de enfriamiento. Sin embargo, ciclo tras ciclo, el balance energético se reduce," señala. En cuanto a los océanos, hay poco riesgo de secarlos. Contienen el 97% de los recursos totales de agua del planeta. Sin embargo, la humanidad ha vivido siempre gracias al agua dulce líquida, que representa menos del uno por ciento del agua en la Tierra. Incluso si se bombeara, se necesitarían cientos o incluso miles de años para vaciarlos. A pesar de ello, Seawards quiere minimizar al máximo su impacto en los recursos: solo el 10% del agua bombeada se convierte en agua dulce, mientras que el 90% restante se devuelve a su entorno natural. Y aunque su salinidad sea inevitablemente mayor, la empresa asegura que esta sobrecarga se ha calculado de manera que no afecte al medio ambiente.

Conquistar el mundo

Seawards está trabajando en la construcción de un prototipo de una planta a escala real, que espera instalar para finales de 2024 en el perímetro del Grand Port Maritime de Marsella (GPMM). Antes de la llegada de un demostrador un año más tarde, en la zona de Fos-sur-Mer. "Será lo mismo, pero en una versión industrializada y comercializable," destaca. Un paso indispensable para considerar las primeras implementaciones. La empresa primero las contempla en Mayotte y en el Caribe para 2026. También está mirando hacia Marruecos, Egipto y los Emiratos Árabes Unidos.

Sin embargo, la start-up no tiene la intención de construir fábricas. En cambio, planea vender su tecnología llave en mano a actores locales que necesiten agua dulce para sus actividades, como industriales o agricultores para quienes una pequeña planta desalinizadora será suficiente. La capacidad de producción es de un máximo de 50,000 m3 por día (en comparación con 500,000 a 1,000,000 de m3 con el otro proceso).

Después de asegurar su financiamiento a través de capital propio, subvenciones y préstamos, Seawards recaudó dos millones de euros en septiembre de 2022 de inversores privados. La empresa está preparando una nueva ronda de financiamiento en dos etapas: dos millones de euros próximamente y 15 millones para finales de 2025.


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