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COP29: la urgencia de una transición ecológica en la construcción

Repensar las construcciones #1

Nuestro enviado especial a la COP29 regresa para 22-med sobre las grandes líneas de los debates que se llevaron a cabo en torno al Mediterráneo. A lo largo del mes de diciembre, se desglosan los grandes desafíos y los resultados clave de la 29ª cumbre de la ONU sobre el clima, a través de tres temáticas: biodiversidad, transición en la construcción y descarbonización.

La lucha contra el cambio climático se intensifica. Las discusiones de la COP29 en Bakú han centrado la atención en un sector a menudo descuidado: el de la construcción. Responsable de cerca del 40 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, este sector representa tanto un desafío colosal como una oportunidad única para construir un futuro sostenible. A medida que la urbanización avanza a un ritmo vertiginoso, la transición ecológica de los edificios se presenta como una necesidad. Es urgente conciliar el crecimiento urbano y la resiliencia climática.

Un sector que necesita transformarse con urgencia

Con 2,4 mil millones de ciudadanos adicionales esperados en los próximos veinte años, las ciudades enfrentan un verdadero rompecabezas. Aún más complejo, ya que concentran hoy el 37 % de las emisiones relacionadas con la energía y los procesos industriales, al mismo tiempo que son particularmente vulnerables a los efectos del calentamiento. Sin embargo, un hecho notable emerge: la mitad de los edificios que existirán en 2050 aún no han sido construidos. Esta estadística subraya una oportunidad crucial: integrar prácticas sostenibles desde hoy podría transformar el sector en un motor de neutralidad de carbono.

Hacia biociudades: reconciliar lo humano y la naturaleza

Inspirada por iniciativas europeas, la idea de las biociudades propone una reconfiguración de los espacios urbanos; allí, lo humano cohabita armoniosamente con la naturaleza. Estas ciudades ecológicas se apoyan, en particular, en materiales de origen biológico como la madera, que absorbe dióxido de carbono en lugar de emitirlo, a diferencia del hormigón y el acero. Sin embargo, esta transición impone desafíos, incluida una gestión forestal sostenible para evitar la deforestación masiva.

Paralelamente, otras soluciones como los techos verdes, el aislamiento natural y los bosques urbanos contribuyen a reducir las islas de calor, filtrar el aire y mejorar la calidad de vida de los habitantes. Las ciudades convencionales, con su hormigón omnipresente, se transforman así en ecosistemas urbanos resilientes, capaces de enfrentar los efectos del cambio climático.

Financiamiento climático: un punto de tensión

No obstante, la ambición de las biociudades no puede materializarse sin financiamientos significativos. En Bakú, los debates se intensificaron en torno a la movilización de los recursos necesarios. Mientras se juegan billones de dólares, persisten desacuerdos sobre el origen de estos fondos, ya sea a través de gobiernos, bancos multilaterales o el sector privado. Anaclaudia Rossbach, directora de ONU-Hábitat, insistió en la urgencia de una cooperación global para combinar objetivos sociales, urbanos y climáticos sobre una base económica sólida.

Una transición equitativa e inclusiva

Más allá de los financiamientos, la transición ecológica de la construcción ofrece una oportunidad única para fortalecer la equidad. El sector de la construcción, que ya representa del 11 al 13 % del PIB mundial, es una mina de empleos verdes. Según el GlobalABC, cada millón de dólares invertido en renovaciones o construcciones eficientes genera de 9 a 30 empleos. Invertir en edificios sostenibles significa, por lo tanto, no solo reducir las emisiones, sino también crear oportunidades económicas y sociales a gran escala.

Construir hoy, para mañana

Para alinear la urbanización y la neutralidad de carbono, se imponen varias medidas concretas:

1. Adoptar códigos energéticos obligatorios para todos los edificios, tanto nuevos como existentes.

2. Acelerar las inversiones en eficiencia energética, comenzando por los edificios públicos.

3. Valorar las técnicas locales y sostenibles, adaptadas a las especificidades climáticas de cada región.

La COP29 marca un punto de inflexión para el sector de la construcción, que debe evolucionar de ser un peso pesado de las emisiones a convertirse en un motor clave de la transición ecológica. Las herramientas existen: queda por unir las voluntades políticas y los financiamientos para transformar esta visión en realidad.

Los techos verdes, el aislamiento natural y los bosques urbanos contribuyen a reducir las islas de calor ©Freepik

Foto de portada: Conciliar el crecimiento urbano y la resiliencia climática ©Freepik