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COP29: La biodiversidad en peligro ante el cambio climático y las presiones antropogénicas

Después de dos semanas de presencia de nuestro enviado especial en la COP29, 22-med repasa las grandes líneas de los debates que se han llevado a cabo en torno al Mediterráneo. A lo largo del mes de diciembre, descifraremos así los grandes desafíos y los resultados clave de la 29 cumbre de la ONU sobre el clima a través de tres temáticas: Biodiversidad, transición en la construcción, descarbonización...

La COP29 ha puesto de relieve desafíos cruciales relacionados con la biodiversidad, en un contexto de aceleración del cambio climático. A través de varias iniciativas, las partes interesadas han subrayado la interconexión entre la biodiversidad, los ecosistemas y el desarrollo sostenible. La importancia de las pérdidas no económicas, como las que afectan a la biodiversidad, los servicios ecosistémicos y el patrimonio cultural, ha sido un hilo conductor de las discusiones, en coherencia con el Marco mundial de la biodiversidad de Kunming-Montreal y los compromisos del Acuerdo de París.

Resultados y observaciones principales

Las pérdidas no económicas se refieren a impactos no monetarios como la desaparición de servicios ecosistémicos (filtración del agua, almacenamiento de carbono) y de valores culturales (lugares sagrados, saberes tradicionales). Estas pérdidas, amplificadas por la degradación de los ecosistemas, afectan la seguridad alimentaria, la salud mental y la resiliencia social, especialmente entre las poblaciones vulnerables. Los tomadores de decisiones de la COP29 proponen soluciones como la integración de saberes tradicionales, financiamientos específicos y soluciones basadas en la naturaleza para restaurar los ecosistemas y proteger a las comunidades. Insisten en la urgencia de limitar las desigualdades mientras se preservan estos recursos vitales.

Los bosques, esenciales para el clima, absorben el 30 % de las emisiones de CO₂ y protegen contra desastres. Proporcionan servicios ecosistémicos cruciales y contribuyen a la adaptación climática a través de soluciones como la restauración forestal. Sin embargo, estas intervenciones, costosas, enfrentan desafíos de gobernanza (deforestación ilegal) y de equidad social. La COP29 llama a un apoyo financiero incrementado a través de mecanismos como REDD+ (www.redd.unfccc.int), el crédito de carbono y las asociaciones público-privadas.

Entre los avances, se han identificado 1,294 indicadores relacionados con los ecosistemas. Sin embargo, el 70 % de ellos carecen de vínculos con objetivos operativos, limitando su utilidad. La estandarización de los indicadores, su alineación con objetivos medibles y el fortalecimiento de las capacidades de seguimiento son necesarios para mejorar su relevancia. La conferencia también destacó innovaciones financieras como las ayudas financieras basadas en resultados para la deforestación, con iniciativas locales como el fondo propuesto por Vanuatu para pérdidas y daños.

Sin embargo, las sinergias entre biodiversidad y clima siguen estando subutilizadas. La integración de soluciones basadas en la naturaleza en las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (CDN) es esencial para alcanzar los objetivos climáticos mientras se protegen los ecosistemas. La COP29 también subraya la importancia de fortalecer las capacidades locales, armonizar los indicadores y desarrollar financiamientos innovadores para apoyar a los países en desarrollo.

Desafíos mediterráneos

La región mediterránea, considerada un punto caliente del cambio climático, sufre presiones crecientes sobre sus ecosistemas marinos y terrestres. Durante una conferencia de prensa en la COP 29 en Azerbaiyán, el MedECC y la Unión por el Mediterráneo definieron los principales desafíos, incluyendo frenar la pérdida de biodiversidad debido a las olas de calor oceánicas y a la invasión de especies tropicales no autóctonas, exacerbada por el aumento de las temperaturas y la acidificación de los océanos. Estos fenómenos han provocado eventos de mortalidad masiva que afectan a especies clave como los corales y los moluscos, perturbando así los ecosistemas marinos. Además, los altos niveles de contaminación plástica, que representan hasta el 82% de los desechos en el Mediterráneo, y el uso no sostenible de los recursos terrestres amenazan gravemente los ecosistemas locales. Estos impactos subrayan la urgencia de adoptar estrategias ambiciosas y soluciones basadas en la naturaleza para proteger la biodiversidad y asegurar la resiliencia de las comunidades frente a los riesgos crecientes.

Al colocar la biodiversidad en el centro de las soluciones climáticas, los tomadores de decisiones tienen una oportunidad única de construir una resiliencia sostenible. Sin embargo, se necesitan acciones rápidas y coordinadas para evitar puntos de inflexión ecológicos irreversibles.

Presiones antropogénicas: factor de estrés de origen humano que provoca perturbaciones, daños o la pérdida de uno o varios componentes de un ecosistema de manera temporal o permanente (fuente Bonobos world)
Bosque en Zahlé, Líbano ©Edward Sfeir

Foto de portada: Conferencia de expertos en biodiversidad forestal en la COP29 ©Edward Sfeir