En las zonas húmedas de Lombardía como de Camarga, la protección de especies de aves endémicas pasa por ajustes concretos que concilian actividades humanas, ciencias y respeto por la vida. En Cassolnovo, en Italia, los arroceros modifican sus prácticas para preservar los nidos del caballero de Italia. En Francia, la Tour du Valat se apoya en la investigación científica para acompañar el regreso sostenible de los flamencos rosados.
Durante el período de las fiestas de fin de año, 22-med cruza y pone en perspectiva soluciones que han sido objeto de artículos en el medio francés Marcelle con artículos sobre la misma temática publicados en 22-med.
La Tour du Valat, ángel guardián de los flamencos rosados
Resumen y actualización del artículo de la periodista Maëva Gardet-Pizzo publicado en Marcelle el 12 de enero de 2021.
Actor histórico de la investigación ecológica, el instituto de la Tour du Valat se inscribe en una red mediterránea única dedicada a la conservación de las zonas húmedas. En Camarga – sureste de Francia - como en otros lugares alrededor de la cuenca, sus trabajos sobre el flamenco rosado ilustran un enfoque científico pensado a la escala de los ecosistemas y las migraciones.
Fundado en 1954 en Sambuc, cerca de Arles, el instituto de investigación de la Tour du Valat se ha fijado como objetivo de “mejor entender las zonas húmedas para mejor gestionarlas”. Una ambición que supera ampliamente las fronteras de Camarga. Desde el sur de Europa hasta el norte de África, el instituto trabaja con numerosos socios teniendo en cuenta una realidad ecológica compartida: la de ambientes frágiles, interconectados, sometidos a las mismas presiones climáticas y humanas.
Entre las especies emblemáticas seguidas por la Tour du Valat, el flamenco rosado ocupa un lugar especial. Cada invierno, sus danzas nupciales transforman los estanques camargueses en escenas casi irreales. En un ruido organizado, las aves encadenan movimientos sincronizados. Estos rituales no son solo estéticos, revelan la edad de los individuos, un criterio decisivo en la formación de parejas. Entre los flamencos, solo se emparejan con un congénere de la misma edad. En primavera, los roles parentales se distribuyen equitativamente, antes de que cada uno recupere su libertad al año siguiente.
Una especie salvada por poco
Este espectáculo podría haber desaparecido. “Después de la guerra, numerosos trabajos privaron a los flamencos de lugares donde anidar”, explica Jean Jalbert, director del instituto. Durante casi diez años, los flamencos dejaron de reproducirse en Camarga. La Tour du Valat experimenta entonces una solución inédita: la creación de una isla artificial en el estanque del Fangassier. Después de un primer fracaso, la construcción de 500 nidos artificiales cambia la situación, ya que la mitad de los flamencos vendrán a poner sus huevos allí.
Entender para actuar
A partir de ahí, el desafío se vuelve científico. Desde 1977, el instituto lanza un amplio programa de anillado. Cada año, mil polluelos son equipados con un anillo de PVC, permitiendo un seguimiento individual a lo largo de su vida. Estos datos revelan una gran diversidad de comportamientos: sedentarismo, migraciones estacionales o trayectorias erráticas de un país mediterráneo a otro. Estos conocimientos no solo sirven para enriquecer la investigación. También permiten anticipar los conflictos de uso. En Camarga, los flamencos pueden causar importantes daños en los arrozales. “Finalmente entendimos que esto se debía al aumento del tamaño de los arrozales y a la eliminación de los setos”, explica Jean Jalbert. Prácticas agrícolas adaptadas limitan sin embargo estos impactos, aunque su adopción sigue siendo delicada.
Financiar la investigación de otra manera
Para continuar sus trabajos, especialmente sobre el microbiota de los flamencos y el impacto de las contaminaciones, la Tour du Valat ha lanzado la operación “Adopta un flamenco”. Un apadrinamiento basado en individuos bien reales, identificables gracias a más de cuarenta años de seguimiento. “Las operaciones de apadrinamiento de animales existen, pero pocas se refieren a verdaderos individuos”, recuerda Jean Jalbert. Los fondos recaudados también sirven para equipar a los observadores en toda la costa mediterránea.
Embajador de las zonas húmedas
Más allá del ave, es todo un ecosistema el que la Tour du Valat busca defender. Las zonas húmedas mediterráneas están entre las más amenazadas con la artificialización de los litorales, el aumento del nivel del mar, la ausencia de mareas que limita la reconstrucción natural de los hábitats. En este contexto, el flamenco rosado se convierte en un embajador. Símbolo visible de un equilibrio invisible, encarna un enfoque de la conservación basado en la ciencia, la cooperación mediterránea y el vínculo entre sociedades humanas y naturaleza. Un enfoque que ahora se está replicando en otros ecosistemas amenazados.

En Lombardía, los arroceros protegen a los polluelos de los zancudos
Resumen del artículo de la periodista Valentina Saini publicado en 22-med el 23 de septiembre de 2025
En el valle del Ticino, en Lombardía, los arrozales de Cassolnovo han acogido este verano un fenómeno raro, más de un centenar de nidos de caballeros de Italia se han instalado en el corazón de los campos cultivados. En lugar de considerar esta presencia como una carga, los arroceros han optado por adaptarse, modificando sus prácticas agrícolas para proteger a los polluelos y garantizar su supervivencia.

Esta iniciativa colectiva, llevada a cabo en estrecha colaboración con el Parque Lombardo del valle del Ticino, demuestra que una agricultura atenta a la biodiversidad puede seguir siendo productiva. Cristina Ballone, productora arrocera, ha convertido la convivencia con las aves en un ritual diario. Al igual que otros agricultores del sector, se ha tomado el tiempo de localizar los nidos antes de cada intervención, ralentizar el paso de los tractores, evitar ciertas zonas sensibles y suspender temporalmente los tratamientos fitosanitarios cuando era necesario. Gestos simples, pero decisivos, compartidos por varios productores enfrentados a una situación inusual, la presencia masiva de una especie que normalmente es poco numerosa en la región.
Un parque natural en el corazón del equilibrio
El caballero de Italia, ave emblemática de las zonas húmedas, ha encontrado en estos arrozales cultivados en inmersión un entorno propicio para la nidificación. Este método agrícola tradicional, que mantiene el agua en los campos durante varios meses, favorece la biodiversidad al recrear agroecosistemas ricos, que acogen insectos, anfibios y aves. Al adaptarse a estas prácticas, los agricultores han permitido que los huevos eclosionen y que los polluelos crezcan hasta ser capaces de iniciar su migración estival.
Este éxito se inscribe en un contexto territorial particular. El valle del Ticino, protegido desde 1974, constituye uno de los principales corredores ecológicos entre los Alpes y los Apeninos. Si bien el parque natural cubre solo una parte del territorio, más de la mitad de su superficie está ocupada por tierras agrícolas explotadas de manera intensiva. Desde hace años, el parque trabaja para establecer un diálogo sostenible con los agricultores con el fin de orientar las prácticas hacia un mejor respeto de los equilibrios naturales, sin poner en peligro los ingresos de las explotaciones.
Cuando tradición y biodiversidad se encuentran
El caballero de Italia se ha convertido en el símbolo de esta convergencia entre la tradición agrícola y la protección de la naturaleza. Los arrozales en inmersión ofrecen un refugio temporal a la especie mientras que, a cambio, se benefician de un ecosistema equilibrado. Aves y anfibios juegan un papel de insecticidas naturales, contribuyendo a limitar las plagas. Para los agricultores, el esfuerzo realizado ha sido limitado y, según sus observaciones, no ha afectado los rendimientos.
Esta experiencia, elogiada por los responsables del parque y ampliamente difundida por los medios italianos, ilustra la capacidad de actores con intereses a veces divergentes para cooperar en torno a un objetivo común. En Cassolnovo, la protección de una especie animal se ha convertido en el punto de encuentro entre agricultura, biodiversidad y diálogo territorial, ofreciendo un ejemplo concreto de alianza posible entre producción y respeto por la vida.
