El 29 de octubre de 2024, una «gota fría» se abatió sobre Valencia y su región, arrastrando casas, dejando a miles de familias sin techo y alterando vidas. Frente a este desastre, más de 200 profesionales eligieron la acción en lugar de la parálisis. Reunidos bajo la bandera Interioristas en Acción, rehabilitaron viviendas afectadas, transformando la solidaridad en una herramienta concreta de reconstrucción y en un modelo inspirador.
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Diseñadores de interiores rehabilitan los hogares de miles de afectados
22-med – septiembre 2025
• Un simple mensaje de WhatsApp desencadenó una cadena de solidaridad para reconstruir Valencia tras la DANA.
• Más de 200 profesionales del diseño y la arquitectura han devuelto la esperanza a más de 1,600 familias afectadas.
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Los efectos de esta DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos, sinónimo de gota fría) fueron desoladores: casas destruidas, familias sin recursos, y aún hoy los trabajos de reconstrucción siguen en curso. En respuesta nació Interioristas en Acción -Los diseñadores de interiores en acción- un movimiento ciudadano que reúne a más de 200 profesionales decididos a reponer hogares y a reavivar la esperanza.
Todo comenzó con un simple mensaje de WhatsApp. Una conversación entre colegas se transformó en una red de ayuda impulsada por expertos en decoración interior, diseño y arquitectura. «¿Qué podríamos hacer? Bueno, yo haría esto, tú harías aquello, y juntos decidimos hacer lo que cada uno sabía hacer», cuenta Pilar Civis, responsable de la comunicación de la iniciativa y directora de la revista Interiores.
De un grupo de WhatsApp a los almacenes de Feria Valencia
Frente a un desastre que todos descubrían, impotentes, en sus pantallas, la movilización fue inmediata. «Una voluntad de colaboración, una necesidad de poder ayudar. La desesperación que también sentíamos al ver lo que estaba sucediendo. Y la necesidad que teníamos de dar una mano», añade Civis.
La solidaridad pronto superó el círculo inicial. Las marcas se unieron al movimiento, junto a cientos de profesionales de todo el país. «Un torrente de respuestas solidarias, absolutamente de todas las marcas que conocíamos y con las que trabajamos habitualmente», continúa Civis. Frente a este impulso, fue necesario encontrar un espacio de almacenamiento. Feria Valencia puso entonces a disposición 12,000 m² de sus instalaciones, mientras que la Fundación FDI (Fundación para la Promoción del Desarrollo y la Integración) aseguraba el seguimiento y la transparencia de las operaciones.
Gestión ordenada y transparente detrás del proyecto
Cada donación seguía un circuito preciso: «A su llegada al almacén de Feria Valencia, eran registrados en un sistema interno, clasificados por tipo de producto (muebles, electrodomésticos, textil, materiales, etc.) y etiquetados con un código de barras único», explica Marta Alejo, gestora dentro de Interioristas en Acción, especialista en organización de sistemas estratégicos para despachos de diseño de interiores. Gracias a este procedimiento, era posible identificar cada objeto, su origen, su estado y la familia beneficiaria. «De esta manera, se garantizaba que ninguna donación se perdiera y que cada recurso llegara directamente a una familia afectada», precisa.
Más de mil voluntarios se movilizaron para la distribución, apoyados por el Ejército de Tierra. El desafío mayor era responder a las necesidades urgentes, coordinar el flujo de materiales, transportes y voluntarios, mientras las solicitudes llegaban en gran cantidad. El apoyo de más de 160 empresas de muebles, electrodomésticos y materiales resultó decisivo.
Un impacto real en los hogares afectados
A lo largo de los meses, Interioristas en Acción recibió aproximadamente 7,000 solicitudes de ayuda, algunas duplicadas, por lo que se redujeron a 5,000 expedientes válidos. «Logramos reabastecer a 1,602 familias, lo que representa aproximadamente 4,806 personas (calculando tres por vivienda)», informa Alejo. Pero el sistema tuvo que registrar entre 3,400 y 4,000 solicitudes adicionales, que quedaron en espera por falta de medios administrativos suficientes. Muchos otros hogares no pudieron inscribirse antes del cierre del formulario.
Los voluntarios se enfrentaron a situaciones dolorosas: personas mayores aisladas, familias en duelo. Civis recuerda especialmente a una mujer con dos hijos —un adolescente y una niña pequeña— que había perdido todo. «Obtener una computadora para su hijo, permitirle trabajar de nuevo desde casa, representó un reinicio completo de su vida. Ella recuperó su empleo y pudo, nuevamente, proporcionar una existencia equilibrada y serena, en una palabra normal, a sus hijos», confiesa.
Un modelo de ayuda reproducible
Después de la fase de emergencia, la iniciativa continúa, pero a un ritmo más lento, con menos productos disponibles. Su principal punto culminante se desarrolló de noviembre de 2024 a mayo de 2025, hasta el final de la disponibilidad de las instalaciones de Feria Valencia. Pero para Civis, estas acciones tienen un futuro más allá de esta crisis: «Me parece que el movimiento ha comenzado muy bien y puede tener un montón de salidas y vínculos con otros compromisos y otras catástrofes, que, lamentablemente, seguimos viendo ocurrir». Queda por mantener el apoyo de grandes marcas y obtener una implicación más fuerte de las administraciones.

Foto de portada: todas las marcas con las que trabajan habitualmente los miembros del colectivo se movilizaron © Interioristas en Acción