Los Residuos: un desafío ecológico y económico para los países mediterráneos (3)

La gestión de residuos es un tema importante para todos los países, especialmente en la cuenca mediterránea. Justine Viros analiza con Melissa Kanane, doctora en Protección de Ecosistemas, la gestión de residuos en Argelia y en particular en Cabilia. En esta última parte, se aborda su impacto en el medio ambiente.

Melissa Kanane nos comparte los resultados de su investigación sobre el esquema de gestión de residuos en Argelia, los problemas y soluciones asociados, y, finalmente, su valorización.

Secuencia 3 – Impacto ambiental y biodiversidad relacionados con los desechos

El Antropoceno a veces se compara con una era geológica, especialmente por la omnipresencia del plástico encontrado en todos los continentes y en todos los mares. Este plástico proviene de los desechos del consumo de cada individuo. Sin embargo, aunque sabemos cómo producirlo, su gestión y su impacto en forma de desechos aún no están controlados: el 75% de todo el plástico ya producido en el planeta es hoy un desecho [1]. Además del plástico, nuestro consumo es responsable de una gran cantidad de desechos que afectan nuestro entorno y la biodiversidad.

Residuos y contaminación ambiental

El Mar Mediterráneo es considerado el mar más contaminado del mundo, este triste récord se debe a la acumulación de desechos plásticos provenientes en un 80% de actividades terrestres y que han sido arrastrados por los ríos o el viento [1]. Estos desechos a veces son visibles (colillas de cigarrillos, envases, etc.) y representan el 10% del plástico encontrado en el Mediterráneo. El 90% restante es invisible, presente en forma de microplásticos [2].

En tierra, los desechos también son muy comunes, se esparcen por las playas, las carreteras y se encuentran en todas partes. Entre ellos, los desechos domésticos, dependiendo de su gestión, pueden ser quemados, almacenados o reciclados. A veces son arrojados antes de llegar al basurero, pero también se encuentran en vertederos al aire libre o almacenados en centros de disposición técnica (CET). En Argelia, al igual que en muchos otros países, los CET no siempre cumplen con las estrictas normas ambientales necesarias para limitar su impacto en el medio ambiente y evitar desastres ecológicos. Los lixiviados, la parte líquida que se forma durante la acumulación de desechos, son tóxicos porque contienen metales pesados y otras sustancias ácidas. Cuando la impermeabilización de los CET es defectuosa, las sustancias tóxicas pueden contaminar el suelo y las aguas subterráneas, lo que conlleva riesgos importantes para el medio ambiente y la salud humana. De hecho, los metales pesados, como el plomo y el mercurio, persisten en el medio ambiente durante décadas, afectando así a la fauna y flora locales. Estos problemas se ven exacerbados por la gestión ineficaz de los desechos, a menudo motivada por intereses financieros en lugar de preocupaciones ambientales.

Biodiversidad y contaminación

Los desechos plásticos tienen un impacto devastador en la fauna y flora marina. Cada año, más de 1,5 mil millones de animales mueren debido a los desechos plásticos [3]. Los animales marinos, como los peces, las tortugas y las aves, quedan atrapados en envases de plástico o ingieren fragmentos de microplásticos que alteran sus movimientos y metabolismo. Ningún lugar en la Tierra se escapa, los científicos han encontrado plástico incluso en los fondos marinos aún inexplorados [4]. Lo mismo ocurre con la contaminación por metales pesados relacionada con desechos electrónicos o lixiviados, su impacto se arraiga en un ecosistema, cambia el pH y contamina la biodiversidad en ese lugar.

Estas contaminaciones no solo matan directamente a los animales y las plantas, sino que también perturban la cadena alimentaria, afectando a todos los ecosistemas, incluso al ser humano. La pérdida de especies y la reducción de la biodiversidad llevan a una disminución de los servicios ecosistémicos esenciales, como la polinización de los cultivos, la purificación del agua y el control de los parásitos. La biodiversidad, cuando se reduce, debilita el buen funcionamiento de los ecosistemas, haciéndolos menos resilientes a los cambios climáticos y otras perturbaciones ambientales [5].

Soluciones y prevención

Para reducir la contaminación, se emplean diversas técnicas. La primera y más efectiva es limitar la producción de desechos en su origen adoptando un consumo más local, sin embalaje, favoreciendo el uso a granel y de envases de cartón en lugar de envases de plástico. Luego, es necesario participar en la gestión de los residuos clasificándolos y reciclándolos de la mejor manera posible, favoreciendo el compostaje, etc. Esto también requiere un aprendizaje.

De hecho, la educación y la concienciación son cruciales para cambiar comportamientos y promover prácticas sostenibles. Al educar a las generaciones jóvenes sobre la importancia de la gestión de residuos y la protección del medio ambiente, podemos esperar un cambio de mentalidad a largo plazo. Los programas escolares, las campañas de concienciación y las iniciativas de la sociedad civil son esenciales para lograr este objetivo. En Argelia, la concienciación de mujeres y niños juega un papel clave en esta dinámica. Las asociaciones locales observan que al involucrar activamente a mujeres y niños, se multiplican los esfuerzos de concienciación y se mejora la implementación de la gestión de residuos en hogares y comunidades.

Luego viene la fase de descontaminación, que puede llevarse a cabo mediante la recolección de desechos salvajes, la filtración de aguas pluviales y el desarrollo de técnicas innovadoras de descontaminación. Se puede destacar la fitorremediación, que consiste en utilizar plantas para limpiar suelos y aguas contaminados por metales pesados y otras sustancias tóxicas [6]. Algunas plantas tienen la capacidad de acumular metales pesados en sus tejidos, lo que permite limpiar los suelos contaminados de forma natural y sostenible. Esta técnica, muy costosa, es especialmente prometedora para las regiones afectadas por la contaminación debida a los lixiviados de los vertederos.

Legalmente hablando, los estados que bordean el Mediterráneo firmaron en 1976 el Convenio de Barcelona, que es el principal acuerdo sobre el medio ambiente en el Mediterráneo que es legalmente vinculante [7]. Los objetivos de este acuerdo son la protección del mar Mediterráneo y la lucha contra la contaminación. Se centra en la reducción de la contaminación marina, la gestión sostenible de los desechos y la concienciación de las poblaciones locales. A pesar de una mejor gestión y la implementación de regulaciones más estrictas, todavía queda mucho por hacer en el Mediterráneo en cuanto a la cuestión de los desechos.

Esto solo puede lograrse con la participación de las poblaciones. A ambos lados del Mediterráneo, ya hay muchas iniciativas ciudadanas en marcha. En Argelia, en la ciudad de Tizi Ouzou, la asociación para el compostaje y el reciclaje trabaja en la concienciación y organiza eventos de limpieza de playas. En Francia, la asociación Neede sensibiliza a la población sobre cuestiones de transición ambiental y gestión de residuos. Otras iniciativas como Clean my calanques, Surfrider o el movimiento Zero Waste ayudan a dar a conocer el problema de los residuos. Estos actores se encuentran en la plataforma ReMed iniciada por la asociación MerTerre, que permite reunir a todas las organizaciones que contribuyen a la reducción de los residuos salvajes en el Mediterráneo.

El impacto de los desechos en el medio ambiente y la biodiversidad es un problema complejo y multidimensional que requiere un enfoque integrado para ser resuelto. Iniciativas locales e internacionales, esfuerzos de educación y concienciación, así como técnicas innovadoras como la fitorremediación son esenciales para reducir la contaminación de desechos y proteger la biodiversidad. Trabajando juntos, podemos esperar un futuro más limpio y sostenible para el Mediterráneo y más allá.

Biografía

Melissa Kanane: Doctora en protección de ecosistemas especializada en gestión de residuos y profesora adjunta en la Universidad de Tizi-Ouzou en Argelia. Sus trabajos se centran en la cuantificación, identificación, caracterización y valorización de residuos domésticos y asimilados.

Justine Viros: Científica especializada en el bosque mediterráneo y en las interacciones químicas bosque-atmósfera en el contexto del cambio climático. Actualmente ocupa un puesto de Ingeniera de Investigación en la misión Interdisciplinariedad de la Universidad de Aix-Marseille, donde se desempeña como encargada de desarrollo para la asociación Neede Mediterráneo.

Referencias:

[1] https://www.wwf.fr/sites/default/files/doc-2019-03/20190305_Rapport_Pollution-plastique_a_qui_la_faute_WWF.pdf

[2] https://www.ifremer.fr/fr/microplastiques-et-nanoplastiques-quels-impacts-sur-la-vie-marine

[3] https://www.theseacleaners.org/fr/la-pollution-plastique/#:~:text=%F0%9F%9F%A1%20Los%20animales%20marinos%2C%20como,%C3%A9touff%C3%A9s%2C%20affam%C3%A9s%2C%20mortellement%20bless%C3%A9s.

[4] https://www.ifremer.fr/fr/actualites/des-dechets-plastiques-de-la-surface-jusqu-aux-fonds-marins

[5] Oliver, T. H., Isaac, N. J., August, T. A., Woodcock, B. A., Roy, D. B., & Bullock, J. M. (2015). Declining resilience of ecosystem functions under biodiversity loss. Nature communications, 6(1), 10122. https://www.nature.com/articles/ncomms10122

[6] Jones, D. L., Williamson, K. L., & Owen, A. G. (2006). Fitorremediación de lixiviados de vertederos. Gestión de Residuos, 26(8), 825-837. https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0956053X0500190X

[7] https://www.unep.org/unepmap/fr/who-we-are/barcelona-convention-and-protocols