Cataluña enfrenta la sequía más significativa en un siglo. Además, el episodio se extiende a otras regiones de España. La prolongada falta de precipitaciones ha causado estragos en los recursos hídricos y en el medio ambiente. Aunque las recientes lluvias han brindado cierto alivio, son solo un espejismo frente a una crisis que requiere soluciones a medio y largo plazo. La intervención de expertos y las medidas gubernamentales están aportando principios de soluciones y un rayo de esperanza.
El gobierno catalán activó en febrero el nivel de emergencia para el 80% de la población debido a la sequía registrada desde 1916. La peor en términos de duración, con más de tres años de impacto, intensidad y extensión (cubriendo más del 50% del territorio catalán). La falta de lluvia, atribuible al clima mediterráneo y agravada por el cambio climático, afecta severamente a Cataluña y se extiende a otras regiones de España.
Como una bendición, las lluvias de la Semana Santa llegaron después de 45 meses de precipitaciones inexistentes o por debajo del promedio. Aunque moderadas, proporcionan un alivio temporal al mejorar el suministro de las cuencas hidrográficas y dar un respiro a los bosques y cultivos.
Sin embargo, estas lluvias son solo un paliativo para la crisis hídrica y se necesitan medidas a medio y largo plazo para hacerle frente de manera sostenible. Según la Agencia Catalana del Agua, los embalses en las cuencas interiores han mantenido una tendencia al alza desde principios de marzo, aunque los aumentos de volumen han sido muy leves.
Respuesta institucional a la sequía
El gobierno catalán está implementando el Plan Especial de Lucha contra la Sequía, con moratorias temporales en nuevas actividades en áreas de emergencia y restricciones escalonadas en el consumo de agua. También asigna 128 millones de euros a los municipios para mejorar las redes de suministro. Además, está implementando el Plan de Gestión del Agua para las cuencas interiores de Cataluña, garantizando así el suministro de agua, especialmente en áreas críticas como la región metropolitana de Barcelona.
Gestión integrada y sostenible

Para comprender la sequía de manera global, proyectos como intoDBP (Innovate tools disinfection by-products), financiados por la Unión Europea, están transformando la gestión del agua. Este dispositivo tiene como objetivo mejorar la calidad del agua, minimizando la exposición humana a los subproductos de la desinfección y fortaleciendo el suministro de agua. Con aplicaciones en varias regiones europeas como Limassol (Chipre) o el Condado de Mayo (Irlanda)... y Barcelona en Cataluña, donde los compuestos químicos del agua presentan desafíos complejos.
María José Farré, la científica coordinadora del proyecto, destaca la capacidad de este para anticipar los climas extremos "al desarrollar modelos para predecir los efectos a corto y largo plazo del cambio climático en la materia orgánica disuelta en las fuentes de agua potable". Es gracias a la innovación tecnológica y al diseño de nuevos tratamientos que será posible hacer frente a la sequía actual en Cataluña.
Por su parte, el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) desempeña un papel crucial en la promoción de una gestión sostenible del agua y del territorio. Especializado en áreas que van desde el cambio climático hasta la identificación de vulnerabilidades sociales y territoriales, lidera iniciativas para garantizar el agua a las generaciones futuras.
Inspirarse en soluciones probadas en otros lugares
La investigadora del CREAF Annelies Broekman destaca soluciones innovadoras a nivel internacional que podrían aplicarse en Cataluña. Entre ellas se encuentran técnicas como los "swales" (zanjas de infiltración), utilizadas en muchos países como Perú para retener el agua en el suelo por más tiempo. También menciona el proyecto "Room for the River", una iniciativa que busca prevenir las inundaciones, mejorar el entorno y las condiciones en las zonas ribereñas, siguiendo el modelo aplicado en los Países Bajos.
Del mismo modo, los sistemas de gobernanza para gestionar la escasez, como los contratos de río, ya se aplican en España en los ríos Matarraña en Aragón y Guadalete en Andalucía, así como en Francia. Concretamente, el ejemplo de la Têt en los Pirineos Orientales en Francia.
Resolver el problema de la sequía requerirá la combinación de diferentes estrategias. Xavier Sánchez Vila, experto en hidrología, destaca la importancia de abordar la problemática desde diversas perspectivas. Entre las mejores, la regeneración: "Actualmente, alrededor del 30% de las aguas residuales tratadas se regeneran. La idea es aumentar significativamente este valor, hasta un 70% u 80%. Pero para que esto sea efectivo, será necesario encontrar lugares para almacenar la parte de este recurso regenerado" y estos podrían ser especialmente acuíferos en terrenos permeables que permitan la captación y almacenamiento del agua.
Para hacer frente a la escasez de agua, el gobierno catalán anunció el 17 de abril la instalación de plantas desalinizadoras de agua de mar. Desde el principio del verano, doce abastecerán el norte de la región y a partir de octubre una planta flotante abastecerá a Barcelona. Será capaz de producir 40,000 metros cúbicos/día, cubriendo el 6% del consumo diario de la ciudad. Esta elección no es unánime, como denuncia la teniente de alcalde de Barcelona, que ve una solución muy provisional que no resuelve mucho.
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